Encuentra tu propia visión en Fotografía de Viajes
Hoy en día tienes mogollón de información sobre Fotografía de Viajes a tu alcance.
Es más, puede que haya demasiada información. Y lo peor de todo es que la mayoría está totalmente fuera de contexto, no tiene ningún tipo de visión ni pasión.
Para la mayoría de nosotros, y sí me incluyo también, nuestro problema no es la falta de información técnica. Ya sabemos enfocar y exponer. Tenemos dificultades a la hora de abordar lo realmente importante: la visión, la historia, el lenguaje visual y la composición.
Nos cuesta saber cómo encaja nuestro trabajo dentro de la Fotografía de Viajes. Y, seamos sinceros, nos cuesta ponernos a ello y crear imágenes que merezcan la pena.
De modo que a lo largo de este artículo te voy a pedir que dejes de obsesionarte con dominar todos los aspectos técnicos. Es algo que forma parte del viaje en sí (disculpa el juego de palabras, no he podido evitarlo).
Si esperas hasta convertirte en un verdadero maestro de todas y cada una de las técnicas fotográficas antes de profundizar en el arte de la Fotografía de Viajes, nunca llevarás a cabo ese esfuerzo de querer ir más allá.
Así es que no pierdas más tiempo.
Empieza ahora. Ya.
Todo el mundo, incluido tú, tiene visión fotográfica
Cada uno de nosotros ve el mundo de una forma única y particular. A todo el mundo le interesa algo en particular. Todos tenemos distintos gustos y deseos.
Y esos gustos y deseos, los tuyos crecerán y cambiarán conforme tú también lo vayas haciendo. Lo realmente importante es que descubras tu visión fotográfica y encuentres formas de expresarla.
- ¿Qué te apasiona lo suficiente como para dedicar tu corta vida, o tu limitado tiempo libre, a hacerle fotos?
- ¿Qué despierta tu curiosidad? ¿Tanto como para pasar horas mirándolo a través de tu cámara?
- ¿Qué imágenes de otros fotógrafos de viajes te transmiten algo? ¿Por qué?
- ¿No te habrás saltado la última pregunta verdad? “¿Por qué?” es la pregunta más importante. ¿Tienes libros de fotógrafos de viajes? ¿Qué tienen esas imágenes que te atraen? ¿Son las líneas, la luz, los momentos efímeros que se hubieran escapado, el color, la forma en que aparece el sujeto? Todas estas son pistas sobre tu propia visión.
- Echa un vistazo a tus fotos del último año. ¿Qué tienen en común? ¿Qué temas se repiten? ¿Qué imágenes te encantan? ¿Por qué?
Reflexiona al respecto. No te conformes y busca respuestas en tu interior. Las pistas están ahí, síguelas.
De hecho, es más importante llevar a cabo la búsqueda de tu visión que encontrarla.
¿Y por qué importa todo esto? Pues porque, si tal y como dice el refrán “una imagen vale más que mil palabras”, en ese caso tendrás que empezar a decir algo con esas mil palabras. Tendrás que expresar algo.
¿El qué? Aquello que sea importante para ti. Deja de lado el resto.
¿Cómo encontrar tu visión fotográfica?
No tienes por qué tener tu visión perfectamente clara y definida antes de emprender esa búsqueda de la que te hablaba antes.
Como te decía, a menudo se trata más de un viaje iniciático que de un destino conocido y concreto. Tan sólo necesitas una pista. Si has conseguido responder alguna de las preguntas que te he hecho anteriormente, ya tienes suficiente para empezar a explorar.
Los mejores fotógrafos de viajes que conozco son curiosos y siempre trabajan con bocetos e ideas a medias. Lo importante es que empiezan algo. Emprenden un camino. No se quedan dando vueltas sobre sí mismos rumiando entre “quizás” y “tal vez”.
Empieza a investigar ya mismo sobre tu visión. Para ello, usa tu cámara, es tu mejor herramienta. Elige tres ideas. O una.
Ahora ponte manos a la obra. ¿Cómo? Sigue leyendo.
1. Sigue tu corazón
Sí ya sé que esto suena muy “Mr. Wonderful” pero olvídate de ello y dedica unos minutos (o el tiempo que consideres necesario) para pensar en las cosas que te encantan.
¿Qué te hace sonreír y te acelera el pulso? ¿Qué pelearías por defender? Los Goonies luchan por sacar a sus padres de las deudas y evitar que un promotor inmobiliario arrase sus viviendas… Ya sé que los Goonies no son fotógrafos de viajes, pero en tu caso ¿qué es lo que realmente te importa?
Esto forma parte de tu forma de ver el mundo. Son esas cosas sobre las que tienes algo que contar.
Así es que una vez que tienes un objetivo (nuevo juego de palabras, por si no te habías dado cuenta) disfruta de la libertad que eso supone. Crea un proyecto personal alrededor de algo que te importe realmente y vacíate. Eres libre de fotografiar lo que quieras como también eres libre de determinar todo aquello que no quieres captar con tu cámara.
Tus imágenes irán mejorando con el tiempo conforme vayas excluyendo las cosas que no te importan realmente.
2. Analiza tu trabajo
Fijate bien en las mejores fotos que hayas sacado en los últimos años. Pueden ser 2, 5 o 7 dependiendo de lo prolífico que seas. Y pregúntate ¿qué tienen en común? Puede que sean paisajes urbanos, retratos de locales que te has ido encontrando a lo largo de tus viajes o escenas callejeras.
Esos puntos en común cambiarán con el paso del tiempo, al igual que tú. Pero los temas sobre los que tienes algo que decir no son la única parte de tu visión de la que necesitas darte cuenta. Otra parte importante es cómo expresas esos temas: tu interpretación.
Analiza tu trabajo de nuevo. ¿Prefieres colores saturados o blanco y negro? ¿Qué paletas de color son las que más te atraen? ¿Te gusta la luz tenue o buscas fuertes contrastes? ¿Prefieres aislar elementos con un teleobjetivo o prefieres la grandiosidad de un gran angular?
No creo que sea algo que tengas que tener súper claro desde el principio. Pero sí considero que tienes que ser consciente de las formas de expresar tus pasiones y tus intereses. Y tienes que estar conforme con ello
Tener una idea de tu visión y tu voz es una cosa. Tener la valentía de asumirlo es otra.
3. Esfuérzate en aprender
Cuanto más juegues con las herramientas de que dispones y estés abierto a aprender cosas nuevas, más descubrirás sobre ti mismo. Tu cámara no sólo te ayuda a expresar tu forma de ver el mundo, también te ayuda a descubrir la forma en la que lo ves. Es más, algunas técnicas se adaptarán perfectamente a ti, como un guante.
Al mismo tiempo, aprender aquello que no te funciona, lo que no quieres poner en práctica, es tan útil y valioso como aprender lo que sí funciona.
Todo esto es válido y perfectamente aplicable a la hora de estudiar el trabajo de otros fotógrafos de viaje, porque aunque no te guste su trabajo, siempre puedes aprender un montón de ellos. Observa su trabajo y pregúntate
- ¿Cómo ve este fotógrafo el mundo?
- ¿Qué es importante para él?
- ¿Cómo describirías sus imágenes y los temas recurrentes sobre los que fotografía a alguien que no lo conozca?
Miro las fotos de Ignacio Izquierdo y aprendo algo de su forma de ver el mundo. Es inconfundible. Eso mismo es válido también para Francesco Gola, Allan Schaller, Amos Chapple, Lucie Debelkova y Elia Locardi, por nombrar algunos. Fíjate en su trabajo y lo comprenderás.
Espero que esto mismo sea válido (cada vez más conforme pasen los años) con tu propio trabajo. Espero que veas algo tuyo ahí.
4. Pregunta a los demás
Crea una colección con las que creas que son tus mejores 100 (o 20, o 50…) fotos, las que más te gusten por la razón que sea.
Y ahora enseñaselas a un fotógrafo de viajes que te guste, que respetes, que valores. Pídele que las estudie durante unos días. Elige a alguien con experiencia y pídele que te diga lo que ve, más concretamente, que te diga lo que ve sobre ti y sobre tu forma de ver el mundo.
Ya sé que parece algo casi inalcanzable pero te sorprendería lo accesibles y generosos que pueden ser la mayoría de fotógrafos de viajes.
Eso sí, ten en cuenta que si llevas poco tiempo haciendo fotos, puede que este ejercicio no sea del todo satisfactorio. ¿Por qué? Muy sencillo, porque al principio es normal que hagas muchos ejercicios, pruebas y estudios para aprender más sobre tu cámara y sobre determinadas técnicas.
Pero tú, al igual que la mayoría, sientes predilección por determinados temas más que por otros, e incluso determinadas formas de expresión y estoy segura de que sabrás encontrar a la persona adecuada para que te dé su opinión.
Al fin y al cabo, es mucho más fácil ver cosas en el trabajo de otros que en el de uno mismo.
5. Averigua qué es ESO
Para la mayoría de nosotros, fotógrafos de viaje, una imagen es un medio para llamar visualmente la atención sobre algo que nos ha llegado hondo. O si lo prefieres en su versión cursi, que ha encendido una llama en tu interior.
Y para conseguirlo usamos el lenguaje fotográfico para mostrar al resto no sólo que estamos viendo, también lo que estamos sintiendo o experimentando. A mí me gusta llamarlo “eso”.
Podría llamarlo el sujeto pero con frecuencia la gente da por sentado que al decir o escribir “sujeto” me refiero al motivo de la foto: la persona, el edificio o el animal.
El problema es que casi nunca es así. Se trata más bien de un sentimiento específico, una sensación, una atmósfera, un gesto… Puede ser un luz muy concreta que ilumina un edificio creando una sombra especial. O puede que sea el poder o la elegancia de una persona.
“Eso” es algo que siempre va mucho más allá.
Cualquier foto, cualquiera, será capaz de captar ese animal si ese es tu sujeto. Encuadra, enfoca y presiona el disparador. Listo.
Pero si no es una foto de ese animal sino más bien un aspecto concreto de ese animal la luz importa. Su gesto importa. La elección del instante importa. El punto de vista, la elección del objetivo y la velocidad de obturación… Todo eso importa.
No puedes tomar esas decisiones si no sabes qué es “eso”. Cuál es realmente tu sujeto y de qué trata tu foto, y no de qué es esa foto.
6. Investiga qué piensas y sientes sobre ESO
Averiguar qué es “eso” no es suficiente. Tienes que profundizar e investigar qué piensas y sientes sobre ese sujeto.
La Fotografía de Viajes es un lenguaje y los grandes fotógrafos de viajes no son grandes porque dominan su cámara (aunque eso ayuda). Son grandes porque usan el lenguaje visual para decir algo, transmitir un pensamiento o un sentimiento o una experiencia. Para hacer una pregunta…
Pero para ello primero tienes que tener algo que decir. Puede que estas preguntas te sean de ayuda:
- ¿Qué sientes o piensas sobre “eso”?
- ¿Qué quieres que piense, sienta o experimente el espectador?
¿Lo pillas?
¡Genial! Estás un paso más cerca de conocer tu visión (o intención) fotográfica.
Ahora lo que necesitas es una mezcla de creatividad, emoción y técnica para poder explorar aún más esa visión y expresarla.
7. Explora nuevas posibilidades
Para mí, la cámara es como una navaja suiza. Casi nunca sé lo que pienso o siento sobre “eso” que estoy a punto de fotografiar hasta que no dedico un tiempo (pueden ser décimas de segundo o minutos) a explorarlo a través del visor.
Es un enigma. Y no paro de hacerme preguntas. “¿Qué pasa si hago esto o aquello? ¿Qué ocurre si lo miro con otros ojos?”. Nada me ayuda más que descubrir la intención de una foto que hacer bocetos y pruebas que me conducirán a esa imagen final.
Para ello necesitas ser valiente, despojarte de prejuicios e ideas preconcebidas y dejarte llevar. Si no lo haces, no tendrás libertad total durante el proceso creativo. Un proceso que consiste precisamente en eso, en un viaje (en sentido figurado) en el que cada prueba y cada error te llevarán al siguiente. Y durante ese viaje, manténte abierto, curioso y humilde (con ganas de aprender).
Pero al igual que tu visión sobre cualquier cosa en la vida evoluciona y madura, tu visión fotográfica o intención, tanto de una imagen como del conjunto de tu trabajo, evolucionará y madurará si la miras de cerca, profundamente y desde otros ángulos.
¿Y ahora qué?
Ay… Esa la pregunta de todas las preguntas…
Todos tenemos motivos distintos que nos llevan a hacer Fotografía de Viajes. Algunos se contentan con hacer imágenes nítidas y correctamente expuestas. Aunque dudo mucho que ese sea tu caso porque habrías dejado cerrado la pestaña de tu navegador al haber leído “visión” por tercera vez.
Así es que si lo que me estás preguntando es qué tienes que hacer una vez que has llevado a cabo todo este trabajo de introspección y tienes una serie de pistas, mi respuesta es que empieces a concentrarte.
La Fotografía de Viajes se basa en la exclusión, en suprimir lo que no te importa ni te interesa.
Idea y define con la mayor precisión posible un proyecto personal basado en lo que has aprendido hasta ahora. Por ejemplo, “de aquí a final de año voy a crear una serie de 20 imágenes con retratos de niños de varios lugares del mundo que muestren su día a día“. O “en los próximos tres viajes, voy a hacer 30 fotos que expresen el despertar de las ciudades que voy a visitar”.
Haz otras cosas también, explora todo aquello hacia donde te lleve tu curiosidad. Pero son esos proyectos personales muy muy definidos (aunque esa definición varíe conforme crezca el proyecto) los que harán que tu visión tenga potencial y se desarrolle en un sentido u otro.
Es más, puede que incluso tu visión te desafíe…
… Y ahí es dónde está la gracia, ¿no crees?